lunes, 14 de agosto de 2017

El SENAME: la verdadera cara del viejo Estado

Luego del asesinato de Lissette Villa de 11 años, en abril de 2016 en el centro CREAD, servicio dependiente del SENAME, se reveló que 1.313 niños, niñas y adolescentes han fallecido en centros del SENAME o instituciones privadas administradas por el Estado entre enero de 2005 y julio de 2016.

La cifra causó desconcierto y rabia en todo el país. ¿Cómo es posible que tantos niños y jóvenes, que en general deberían tener buen estado de salud, estuvieran muriendo estando bajo la protección del Estado? ¿Cómo se escondió la magnitud de tal macabra situación?

El SENAME es una de las tantas instituciones del viejo Estado que, funcionando como lo hacen las instituciones en un país capitalista burocrático y semicolonial, ejercen la violencia contra el pueblo

Esta violencia caracteriza al viejo Estado, pues ha sido naturalizada y sostenida en el tiempo por parte de la clase dominante mediante leyes que ellos mismos crean.

No se puede esperar los representantes del Estado terrateniente-burocrático se preocupe realmente por el bienestar del pueblo.

Han sido ellos los que han montado un espectáculo en torno a la miseria de tantos niños, la derecha buscando desprestigiar al oficialismo para mostrarse como una mejor opción en las siguientes elecciones, y la Nueva Mayoría cubriendo sus responsabilidades sobre la tumba de miles de niños que se han encargado de sepultar.

Los niños, niñas y adolescentes que están en el SENAME no están ahí por opción, están contra su voluntad por ser hijos del pueblo.

Cada muerte sucedida en los centros del SENAME fue ocultada por los funcionarios apitutados de la burocracia inhumana sobre la cual se estructura el viejo Estado.

Las muertes eran pasadas como “egresos administrativos” y muchas veces ni siquiera se le informaba a la familia del niño la causa de su muerte. El viejo Estado ha torturado y asesinado a los niños pobres de nuestro país, quienes no tienen más opción que someterse.

Nuestra tarea como estudiantes revolucionarios es agitar que ningún programa de gobierno ni candidato solucionará este ni ningún otro problema que aqueja al pueblo, como la mala calidad de la salud pública o las bajas pensiones, porque el viejo Estado al servicio del imperialismo no puede sobrevivir sin explotar y oprimir al pueblo.

Debemos trabajar y luchar para destruir este Estado genocida, guiando a las masas por el camino de la revolución de nuva democracia.


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